Una fianza es una garantía a un contrato, en donde la afianzadora se compromete ante un beneficiario a pagar por el fiado si éste no cumple en tiempo o forma con una obligación. El adquirir una fianza te dará protección ante un riesgo económico de tus proyectos y la tranquilidad de que tus obligaciones serán cumplidas.
Contar con el respaldo de una afianzadora de confianza es esencial para garantizar la seguridad y protección de tus intereses. Muchos negocios se ven truncados por el mal uso de recursos y terminan convirtiéndose en una pérdida. Evita que te suceda a ti.
Si tienes una empresa y ofreces servicios de diferentes proveedores, imagínate ¿qué pasaría si no te cumplen tus proveedores? tendrías que buscar otras opciones para que tu negocio siga produciendo. ¿Y si no cuentas con los recursos en ese momento? ¿Qué harías?. Es aquí donde la afianzadora se compromete a que tú salgas de esa situación con la finalidad de siempre garantizar la protección de tus intereses.
Las diferentes tipos de fianzas son:
Obra y proveeduría: Garantizan el cumplimiento de las diferentes obligaciones que se generan por la contratación de obras o la adquisición de bienes y/o servicios.
Crédito: Garantizan el cumplimiento de obligaciones de carácter crediticio.
Fiscales: Te ayudan ante el cumplimiento de obligaciones como multas, impuestos, aranceles o importaciones.
Fidelidad: Se utilizan para garantizar daños patrimoniales que te pueden ocasionar tus empleados.
Judiciales no penales: Garantizan el pago de los daños o perjuicios que se ocasionen al tercero dentro de un juicio civil, mercantil o laboral.
Ahora ya sabes la importancia solicitar una fianza y dónde puede aplicar. Recuerda que esto le dará formalidad a tus relaciones comerciales y tendrás la tranquilidad de tu empresa en el futuro.